Páginas

domingo, 14 de septiembre de 2014

Ciudades de papel, pag 356

Imaginar no es perfecto. No puedes meterte dentro de otra persona. Nunca me habría imaginado la rabia de Margo cuando la encontramos, ni la historia que estaba escribiendo. Pero imaginar que eres otra persona, o que el mundo es otra cosa, es la única manera de entrar. Es la máquina que mata fascistas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario