—Sí, sí… Pero ¿no conocerá usted algún truco para reforzar un poco mi corazón?
—Oh, claro… Escúchame bien, ¿estás listo? Escúchame muy atentamente: el único truco, como dices, que te permitirá seducir a la mujer de tus sueños, es justamente tu corazón. No este en forma de reloj que te añadieron cuando naciste. Te hablo del verdadero, el de debajo, hecho de carne y de sangre, el que vibra. Es con ese con el que tienes que trabajar. Olvídate de tus problemas de mecánica, así les quitarás importancia. ¡Sé imprudente y, sobre todo, entrégate sin reservas!
Méliès es muy expresivo; sus ojos, boca, todo su rostro se ilumina cuando habla. Su bigote parece articulado por una sonrisa, un poco como el de los gatos.
Méliès es muy expresivo; sus ojos, boca, todo su rostro se ilumina cuando habla. Su bigote parece articulado por una sonrisa, un poco como el de los gatos.
—Pero debes saber que no siempre funciona. No puedo garantizarte nada. Debo ser honesto y decirte que yo mismo acabo de fracasar con la mujer que creía que sería la mujer de mi vida. En cualquier caso, es evidente que no existe ningún «truco» que funcione siempre y en todas las ocasiones.
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