La
esperanza no es una mercancía que se de o se quite. Tampoco puede ser un
espantajo que se agite en vano ni una coartada para justificar la cobardía,
como hizo Gunter al delatarnos con el argumento de que sobreviviendo, aunque
fuese a costa de esa conducta vil, conservaría intactas sus posibilidades. La
esperanza es una actitud ante la vida y ante uno mismo. Es no abandonarse en
las circunstancias. Es creer en tus propias capacidades y en tu valor para
superar lo que acontezca. Ésa es la esperanza que te pido que no pierdas.
Consérvala y serás en único sueño de tu destino.
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