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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ghost girl

Si te paras a pensar en ello seriamente, al final todo se resuelve en un único y profundo pensamiento: ¿Para qué preocuparse? La única razón para vivir es amar y la única razón para amar es vivir. Ella no tenía ninguna de las dos... Al menos no todavía. Ella aun lo amaba, siempre lo haría. Él era su "para qué preocuparse"

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